lunes, 26 de enero de 2009

Agnés Varda: Los Espigadores y la Espigadora (2000)


Este documental es una especie de diario que revela el viaje emocional de Varda y su sensibilidad hacia la vida del ser humano, del cine y sus orígenes, de la naturaleza... de todas las cosas. Su fascinación por la historia de un pueblo y la búsqueda de la verdad en cada uno de los personajes presentados. 
Algunos son alentadores, pero la mayoría de los retratos de estos personajes son verdaderamente deprimentes; personajes que viven de lo que la sociedad desaprovecha... todos recogen las sobras. La mayoría lo hace por necesidad aunque algunos también lo hacen para poner en evidencia la cantidad de desperdicio por parte de los supermercados, agricultores, etc. Es algo en verdad alarmante, bueno, triste. Es increíble que con toda la pobreza que existe se siga desperdiciando tanta comida. 
Es necesario que el gobierno y éstas empresas abran un poco su mente y trabajen para repartir suficiente comida para todos, por que sí la hay. En fin, es ilógico. 

Algo que disfruté mucho del documental es que, a pesar del tono frío y desolado que se siente por momentos, Varda tiene la gran virtud de siempre ver las cosas con humor, siempre con una mirada irónica; sin importar si habla de las inquietudes de la sociedad francesa o de sus propios miedos como persona y artista, siempre logra burlarse un poco de cada situación porque al final de todo, ese humor es la única ó una de las pocas salidas que nos queda a los humanos. 

Admiro la capacidad de la directora para acercarse al mundo. Para ser un gran director, ya sea de ficción o de documental, hay que observar y escuchar lo que está entre nosotros. Varda lo hace y como pocas personas. A lo largo de la película no hace mas que contemplar y saborear lo que sucede a su alrededor. Asombrada por la belleza de los lugares que visita, la gente que conoce... fascinada por una papa en forma de corazón que había sido separada del resto por no calificar como "reglamentaria", etc. Una persona que no hace mas que deslumbrarse ante lo bello.

Obras como ésta reiteran mi deseo por convertirme en un buen cineasta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario